Acondicionar un edificio a través de su rehabilitación para mejorar su eficiencia energética y sus condiciones de habitabilidad y salubridad tiene, sin duda, un sinfín de beneficios, empezando por la salud de las personas que habitan el inmueble y continuando por el respeto por el medio ambiente.
¿Sabías que la Organización Mundial de la Salud estima que las “condiciones inadecuadas de las viviendas causan más de 100.000 muertes y morbilidades significativas cada año solo en Europa”? ¿O que “nuestros edificios son los responsables de la mayoría de las emisiones de CO2”? Estas son algunas de las muchas motivaciones que esgrime la Guía ciudadana de impulso a la rehabilitación que acaba de publicar el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y que subraya que España tiene el parque inmobiliario más envejecido de España, con más del 80% de edificios con una antigüedad superior a los 20 años.
Sin embargo, la rehabilitación no está en la agenda de la mayoría de las comunidades de propietarios. La encuesta que CAFMadrid realizó hace unos meses puso de manifiesto que el 80% de las comunidades de propietarios que realizan obras de rehabilitación del edificio lo hacen por obligación o por urgencia. No porque exista una conciencia de los beneficios que este tipo de intervenciones tiene para salud de quienes habitan el edificio y de su entorno. De hecho, la investigación desveló que los principales motivos para no llevar a cabo la rehabilitación salvo por obligación o urgencia son la falta de cultura rehabilitadora y el elevado coste de las obras. Y es que en más de la mitad de las comunidades consultadas las tareas para mejorar la envolvente del inmueble supusieron un desembolso superior a los 60.000 euros.
Así que, efectivamente, estamos ante obras mayores con derramas que pueden resultar muy disuasorias. Por ello es especialmente importante hacer hincapié en los beneficios económicos que reporta la rehabilitación, algo muy presente en la guía del CSCAE, que expone las siguientes razones numéricas para concienciar a los ciudadanos:
–80% de ahorro en el gasto energético de calefacción y refrigeración. Es decir, una vivienda (en un edificio plurifamiliar) que a día de hoy tenga una categoría energética de E tendrá un gasto medio anual de 825 euros en calefacción y/o aire acondicionado. Tras la rehabilitación del inmueble, esta partida se quedará en 159 euros al año. Son 666 euros de ahorro anuales.
El valor de una vivienda de 50 años rehabilitada se incrementa en un 20% aproximadamente
–Entre 10 y 20 años es lo que se tarda en recuperar la inversión en clave de ahorro energético. En el ejemplo anterior serían 18,5 años (tras un desembolso de 12.324 euros), porque estamos ante un inmueble con la peor calificación energética, pero es precisamente el perfil del parque inmobiliario madrileño: una media de 46 años y un certificado energético de E.
–20% se incrementa el valor de una vivienda antigua (de en torno a los 50 años) tras la rehabilitación del inmueble. En el caso de Madrid, el metro cuadrado pasaría de tasarse en 3.020 a 3.620 euros.
–Hasta un 80% del valor de la actuación pueden llegar a cubrir las subvenciones que hay sobre la mesa. La guía del CSCAE recoge los principales programas de ayuda y recuerda que la rehabilitación del parque inmobiliario es una de las grandes apuestas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia al que se destinarán los fondos europeos Next Generation. De la misma forma, perfila opciones de financiación a disposición de las comunidades de propietarios.
En este ámbito de las subvenciones, los colegios de administradores de fincas expusieron a la Administración el impacto que tiene en la economía familiar la inclusión de las ayudas públicas en la declaración de la renta y la regulación de las subvenciones incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y que ha establecido que no habrá de declararlas.
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Administración Fincas Castillo, tu administrador de fincas en Boadilla del Monte (Madrid).